domingo, 29 de diciembre de 2013

EL DÍA QUE EL SOL SE DETUVO

 Josué salió de Guilgal con todo su ejército, acompañados de su comando especial. Y el Señor le dijo a Josué: «No tiembles ante ellos, pues yo te los entrego; ninguno de ellos podrá resistirte.»
Después de marchar toda la noche desde Guilgal, Josué los atacó por sorpresa. 10 A su vez, el Señor llenó de pánico a los amorreos ante la presencia del ejército israelita, y éste les infligió una tremenda derrota en Gabaón. A los que huyeron los persiguieron por el camino de Bet Jorón, y acabaron con ellos por toda la vía que va a Azeca y Maquedá. 11 Mientras los amorreos huían de Israel, entre Bet Jorón y Azeca, el Señor mandó del cielo una tremenda granizada que mató a más gente de la que el ejército israelita había matado a filo de espada.
12 Ese día en que el Señor entregó a los amorreos en manos de los israelitas, Josué le dijo al Señor en presencia de todo el pueblo:
«Sol, deténte en Gabaón,
    luna, párate sobre Ayalón.»
13 El sol se detuvo
    y la luna se paró,
hasta que Israel
    se vengó de sus adversarios.
Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto, el sol se detuvo en el cenit y no se movió de allí por casi un día entero. 1Nunca antes ni después ha habido un día como aquél; fue el día en que el Señor obedeció la orden de un *ser humano. ¡No cabe duda de que el Señor estaba peleando por Israel!
15 Al terminar todo, Josué regresó a Guilgal con todo el ejército israelita.

16 Los cinco reyes habían huido y se habían refugiado en una cueva en Maquedá. 17 Tan pronto como Josué supo que habían hallado a los cinco reyes en la cueva, 18 dio la siguiente orden: «Coloquen rocas a la entrada de la cueva y pongan unos guardias para que la vigilen. 19 ¡Que nadie se detenga! Persigan a los enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan llegar a sus ciudades. ¡El Señor, Dios de ustedes, ya se los ha entregado!»
20 Josué y el ejército israelita *exterminaron a sus enemigos; muy pocos de éstos pudieron refugiarse en las ciudades amuralladas. 21 Finalmente, todos los israelitas retornaron a Maquedá sanos y salvos. ¡Nadie en la comarca se atrevía a decir nada contra Israel!
22 Entonces Josué mandó que destaparan la entrada de la cueva y que le trajeran los cinco reyes amorreos. 23 De inmediato sacaron a los cinco reyes de la cueva: los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón.24 Cuando se los trajeron, Josué convocó a todo el ejército israelita y les ordenó a todos los comandantes que lo habían acompañado: «Acérquense y písenles el cuello a estos reyes.» Los comandantes obedecieron al instante.25 Entonces Josué les dijo: «No teman ni den un paso atrás; al contrario, sean fuertes y valientes. Esto es exactamente lo que el Señor hará con todos los que ustedes enfrenten en batalla.»
26 Dicho esto, Josué mató a los reyes, los colgó en cinco árboles, y allí los dejó hasta el atardecer. 27 Cuando ya el sol estaba por ponerse, Josué mandó que los descolgaran de los árboles y los arrojaran en la misma cueva donde antes se habían escondido. Entonces taparon la cueva con unas enormes rocas, que permanecen allí hasta el día de hoy.

JOSUE 10: 7-26 

martes, 24 de diciembre de 2013

Belén

Isaiah 9:6 New American Standard Bible 
For a child will be born to us, a son will be given to us; And the government will rest on His shoulders; And His name will be called Wonderful Counselor, Mighty God, Eternal Father, Prince of Peace.

martes, 17 de diciembre de 2013

Enemigos de Jerusalén

Pero a las naciones que hayan luchado contra Jerusalén, el Señor las castigará duramente: a su gente se le pudrirá la carne en vida, y se le pudrirán los ojos en sus cuencas y la lengua en la boca

Zacarías 14:12

domingo, 15 de diciembre de 2013

Jacob lucha con Varón desconocido

22 Aquella misma noche Jacob se levantó, tomó a sus dos esposas, a sus dos esclavas y a sus once hijos, y cruzó el vado del río Jaboc. 23 Una vez que lo habían cruzado, hizo pasar también todas sus posesiones, 24 quedándose solo. Entonces un hombre luchó con él hasta el amanecer. 25 Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y ésta se le dislocó mientras luchaban.26 Entonces el hombre le dijo:
—¡Suéltame, que ya está por amanecer!
—¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.
27 —¿Cómo te llamas? —le preguntó el hombre.
—Me llamo Jacob —respondió.
28 Entonces el hombre le dijo:
—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel[a], porque has luchado con Dios y con los *hombres, y has vencido.
29 —Y tú, ¿cómo te llamas? —le preguntó Jacob.
—¿Por qué preguntas cómo me llamo? —le respondió el hombre.
Y en ese mismo lugar lo bendijo. 30 Jacob llamó a ese lugar Penuel,[b] porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y todavía sigo con *vida.»

Génesis 32:22-30

Nueva Versión Internacional (NVI)

En hebreo, Israel significa él lucha con Dios
En hebreo, Penuel significa cara de Dios.

Dios llama a Abram

Un día el Señor le dijo a Abram: «Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo.»
Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado. Tenía setenta y cinco años cuando salió de allá para ir a la tierra de Canaán. Con él se llevó a su esposa Sarai y a su sobrino Lot, y también todas las cosas que tenían y la gente que habían adquirido en Harán. Cuando llegaron a Canaán, Abram atravesó toda esa región hasta llegar a Siquem, donde está la encina sagrada de Moré. Los cananeos vivían entonces en aquella región.Allí el Señor se le apareció y le dijo: «Esta tierra se la voy a dar a tu descendencia.» Genesis 12: 1-7  versión Dios habla hoy 

lunes, 2 de diciembre de 2013

Tomas cree

Pasados ocho días, otra vez estaban
dentro los discípulos, y Tomás con ellos.


Vino Jesús, cerradas las puertas, y, puesto


en medio de ellos, dijo: La paz sea
con vosotros.

Luego dijo a Tomás:

Alarga acá tu dedo y mira mis manos,

y tiende tu mano y métela en mi costado,

y no seas incrédulo, sino fiel. Respondió

Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios

mío!

Jesús le dijo: Porque me has visto,

has creído; dichosos los que sin ver creyeron.

(San Juan 20: 26-29 version catolica Nacar Colunga)